Minutos antes de que se confirmara que la Final de Vuelta de la Copa Libertadores sería aplazada, Pablo Pérez, capitán de Boca Juniors, tuvo que ser trasladado de nueva cuenta a un hospital de la ciudad de Buenos Aires.
El volante de 33 años de edad, que sufrió heridas en un brazo y en uno de sus ojos, dejó la concentración de su equipo para dirigirse al nosocomio y ser revisado por un especialista, quien definiría si podría tener actividad o no en el Monumental, aunque ahora tendrá más días para recuperarse al 100 por ciento.
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Pérez no fue el único afectado del cuadro xeneize, pues según el jefe de seguridad de Boca Juniors, Juan Tagliaferro, varios jugadores pasaron una mala noche por lo que vivieron.
“A algunos jugadores les costó dormirse. No sé si hay tiempo para la recuperación después de lo que ocurrió ayer en el estadio. Fueron muchas horas en el vestuario y por eso los jugadores estaban shockeados”, comentó.