Hace un año España tenía dos casos de coronavirus esa mañana; Italia, apenas tres. La pesadilla se veía lejana y primero se tenía que jugar el Atalanta vs Valencia de los Octavos de Final de la Champions League. El partido que lo cambió todo.
Enrique Mateu cuenta en el libro 'Paciente Cero' que se enteró de las cifras en el Aeropuerto de Valencia, mientras se preparaba para tomar el avión que lo llevaría a Pisa, desde donde manejaría rumbo a Milán para cubrir el encuentro. El periodista fue la primera persona en Valencia en contagiarse de Covid-19. Volvió a Valencia a los dos días y estuvo 25 hospitalizado. Sobrevivió.
El Atalanta llevaba toda la Champions jugando de local en el Estadio de San Siro, en Milán, porque su casa, el Atleti Azzurri, apenas recibía a 15 mil personas (una peligrosa multitud, pensando en hoy) y en Lombardía entraban hasta 40 mil. Un monstruo azul, blanco y negro para el primer partido de Octavos de Final en la historia del equipo... El primero y el último que jugó con público.
Italia era un paraíso lejos de China y los países del lejano oriente, que ya padecían los estragos del (en ese entonces) nuevo virus.
Casi nadie tomaba en serio la amenaza que cambiaría sus vidas. Esa noche hubo 40 mil desconocidos juntos, compartiendo, abrazados, intercambiando fluidos respiratorios en nombre de su pasión. Hacían cosas que hoy son inimaginables.
"El partido fue una bomba biológica", reclamó Giorgio Gori, el alcalde de Bérgamo (la localiad del Atalanta) el 25 de marzo.
Las cifras lo confirmaban. Ese 19 de febrero de 2020 la prensa que Mateu leyó reportaba tres casos. Una semana después del juego, el 26 de febrero, eran 322, 240 en Lombardía, la región en la que se ubican Milán y Bérgamo. De esas 322, 11 habían muerto.
El Valencia no se salvó de los contagios del virus que cambió al mundo. El 16 de marzo el club confirmó el "35 por ciento" de su plantel padecía o había padecido Covid-19.
La situación no paró ahí. El 11 de marzo se jugó en Inglaterra el Liverpool vs Atlético de Madrid. El 24 de mayo, Edge Health, una institución que analiza datos del Servicio Nacional de Salud de la Gran Bretaña avisó que asistir al juego había provocado la muerte de 41 personas por coronavirus.
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Hubo consecuencias. El 13 de marzo la UEFA anunció que todos los partidos pendientes de la Champions y la Europa League quedaban pospuestos por tiempo indefinido. Al final, el torneo concluyó en Lisboa, Portugal con series a partido único y sin público; el Bayern Munich lo ganó y el futbol aprendió una de las lecciones más duras de su historia, una historia que hoy cumple un año.