El delantero de Atalanta Ademola Lookman era imparable y el sueño imposible del Bayer Leverkusen de completar una temporada invicta con un hat trick de títulos resultó ser justo eso.
En cambio, Lookman fue el héroe del hat trick en la victoria de Atalantas por 3-0 sobre el Leverkusen en la final de la Europa League el miércoles.
Fue una palanca que venía llegar para el nuevo campeón alemán cuyo récord europeo invicto fue detenido a 51 partidos por un equipo que había ganado 3-0 en Liverpool en los cuartos de final.
Lookman, el internacional nigeriano nacido en Londres, fue despiadado castigador grandes errores de los jugadores del Leverkusen para anotar dos veces en los primeros 26 minutos de un partido en el que los favoritos nunca se miraron a gusto. Cantó su show en solitario con un disparo arrollido en el 75.
En cualquier temporada normal, o una típica final europea, el Atalanta y su veterano entrenador Gian Piero Gasperini sería una historia de fútbol.
A medida que bajaban los minutos en Dublín, Alonso finalmente vio a su equipo perder de pie y solo frente al dugout del equipo. Alternó entre empujar sus manos profundamente en los bolsillos de sus vaqueros negros delgados, y luego doblar sus brazos.
A pocos metros, un espantoso Gasperini de 66 años, su chaqueta negra cremallera contra el frío de la noche, bailaba con sus jugadores y su personal en previsión del silbido final.
Palacios, defendiendo el poste lejano, desconocía a Lookman detrás de él cuando un balón cruzado de la portería de Davide Zappacosta eludió a todos. El mirador se lanzó en el lado ciego de Palacios para anotar con un disparo en ascenso.
Fue el 2-0 en el 26 cuando el Leverkusen volvió a regalar el balón en el corazón de su propia mitad. La cabecera sin punteros de Amine Adliá hacia su propia defensa rebotó a Lookman.
El exjugador del Everton eludió el tackle de Granit Xhakas y cuajó su disparo con el pie derecho en la esquina de la red más allá del portero Matj Ková buceando a su izquierda.
Era la cuarta vez que el Leverkusen se jugaba 2-0 en un partido de la ronda de nocaut de la Europa League desde marzo, pero su raya invicta nunca parecía más en riesgo. La rápida de la temporada de goles tarderos y de tiempo de parada eludió esta vez al Leverkusen.
Los jugadores respondieron con compromiso físico desde los minutos iniciales, acosando al Leverkusen de su estilo típicamente elegante con marcado apretado.
Leverkusen regaló repetidamente a Atalanta el balón en su propia mitad y creó poco. Cuando vendrán ocasiones de anotación, Álex Grimaldo metió el balón débilmente en los brazos del portero Juan Musso, que había avanzado fuera de su línea, y el disparo voleitado de Jeremie Frimpongs se fue alto por encima de la portería.