Christian Horner, jefe de Red Bull no ocultó su frustración después del accidente en el que estuvieron involucrados sus dos pilotos, Checo Pérez y Max Verstappen que significó la pérdida de la cima del campeonato de pilotos y constructores.
"Obviamente, es una forma enormemente frustrante de terminar el fin de semana, pero estamos a 10 puntos del primer lugar (12 tras la descalificación de Vettel) en el campeonato antes de las vacaciones de verano, lo que significa que hay que jugar todo.
"Desafortunadamente, Bottas frenó tarde en la curva uno y eliminó a nuestros dos autos, Checo se vio obligado a retirarse inmediatamente y la cantidad sustancial de daño en el lado derecho del auto de Max significó que no tenía ninguna posibilidad de pelear en la parte delantera. Una vez más, todo el crédito tiene que ser para nuestros mecánicos que hicieron maravillas para que el auto de Max regresara a la carrera. Las temperaturas estaban fuera de escala y tuvieron que enderezar las tuberías y arreglar el lado derecho tanto como fuera posible en un tiempo muy limitado, antes de clavar una vez más la parada en boxes más rápida, lo cual es bastante notable", declaró Horner.
El jefe de la escudería lamentó que Checo no pudiera demostrar lo que tenía preparado para el Gran Premio de Hungría.
"También es decepcionante no haber visto lo que Checo tenía reservado hoy, ya que su salida fue impresionante y se sentía muy confiado en el coche y en su ritmo de carrera. Max luchó duro, a pesar de los extensos daños y pérdidas de carga aerodinámica, asegurando un punto que podría resultar vital al final del año", comentó.
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