Para Ferrari, lo que pasa en Las Vegas no se queda en Las Vegas. La escudería italiana sigue molesta por el accidente de Carlos Sainz con una tapa de alcantarilla en la primera práctica libre y busca que los responsables del Gran Premio den una compensación por los daños en el SF-23, que salió con el chasis destruido.
Fred Vasseur, jefe de Ferrari en Fórmula 1, declaró que quiere hablar con los organizadores de la carrera de la Ciudad del Pecado para llegar a un acuerdo tras el penoso pasaje vivido el pasado jueves, el cual derivó en una injusta sanción de 10 puestos en la parrilla de salida para el piloto español.
“Será una discusión privada que tendré con las partes interesadas en esto”, señaló el mandamás de Il Cavallino Rampante.
Además de la pérdida económica por el desperfecto físico, existen gastos adicionales como transportar el chasis de repuesto de Italia a Abu Dhabi para el próximo y último compromiso de la campaña.
“Seguro que hay muchos gastos adicionales. El chasis se dañó, la caja de cambios se dañó, la batería se dañó, el motor está muerto", continuó Vasseur.
"Tenemos muchas consecuencias en el aspecto financiero, en el deportivo e incluso en las existencias de piezas de recambio, y en el aspecto presupuestario seguro que no es fácil", sentenció.
Anteriormente hubo un caso similar en el GP de Malasia de 2017, cuando el Hass de Romain Grosjean resultó dañado después de que el francés le pegara a una tapa de desagüe. Los organizadores negociaron con la escudería estadounidense y llegaron a un acuerdo.