Oliver Bearman llegó a Jeddah como candidato a lograr una victoria para PREMA Racing en la segunda fecha del campeonato de Fórmula 2. De hecho el británico se llevó la pole position en la primera clasificación y estaba preparado para buscar su primer triunfo del año, cuando la historia dio un giro inesperado.
Por una apendicitis, Carlos Sainz tuvo que ser intervenido quirúrgicamente y el británico de 18 años tomó su lugar en Ferrari. A pesar de no haber probado antes el SF-24, y las complicaciones que tuvo para ajustarse en el asiento, Bearman logró la P10 en las terceras prácticas libres, la P11 en la clasificación y la P7 en el Gran Premio de Arabia Saudita, para sumar sus primeros puntos en Fórmula 1.
Testigo de todo esto fue el padre del joven piloto, David, quien desde el primer momento en que su hijo se subió al monoplaza estuvo sufriendo. Durante la qualy, cuando Ollie casi toca con el muro, y a lo largo de los 50 giros de la carrera en el Circuito de la Corniche de Jeddah, el progenitor del piloto estuvo en el garage de los de Maranello con el aliento contenido y la tensión en el rostro.
Una vez finalizada la carrera, David Bearman finalmente pudo respirar con normalidad y felicitar a su hijo, el tercer piloto más joven en debutar en la historia de Fórmula 1 y además piloto del día. El padre no pudo dejar de abrazar a su hijo, a quien mantuvo apretado contra sí por más de cinco segundos, con la mirada llena de orgullo.
Ollie Bearman también recibió un par de palmadas en la espalda y un cariñoso gesto en la cabeza por parte de su padre, que después de un fin de semana de nerviosismo encontró la calma.