El pancracio también tiene su lado oscuro, donde los luchadores pueden tener una función llena de golpes y castigos sin límites hasta mandar al hospital al contrincante, eso es la lucha libre extrema.
Los luchadores Nicho El Millonario y Pagano, protagonistas de varias masacres sobre el ring, hacen vibrar al público deseoso de dolor y sangre en medio de lámparas, escaleras, alambres de púas y sillas, donde una camilla es el único final de la batalla.
Ubicado en el municipio de Ecatepec, en el Estado de México, el Salón Citlalli es el lugar designado para albergar estas cruentas batallas. Un sitio donde se organizan eventos de todo tipo, un espacio reducido donde el ring apenas deja espacio para las sillas de las decenas de espectadores.
A pesar de tratarse de una lucha donde se arrojan objetos peligrosos, no existe medida alguna de seguridad entre los aficionados y luchadores, pues, a decir del representante legal de la empresa XMW (Xtreme Mexican Wrestling), organizadora del evento, Juan Carlos, quien no quiso dar su apellido, argumentó que no se coloca un barandal porque se busca que se tenga una mejor relación con el luchador.
Al respecto de este tipo de espectáculos El Fantasma, presidente de la Comisión de Lucha Libre el DF, aseguró que la lucha extrema "no la tenemos contemplada aquí, pues eso no es lucha libre, es lucha callejera. Para nosotros no está en el reglamento; además, hay reglas básicas como tener vestidores, personal médico y que la gente no este cerca del ring" mencionó en entrevista con RÉCORD el exluchador profesional y ahora directivo.