El caso de la privación de la libertad de Alan Pulido que tuvo lugar en Ciudad Victoria, Tamaulipas, es la punta del iceberg respecto a la inseguridad que impera en el estado que ocupa el primer lugar de la lista de las entidades con mayor tasa de secuestros, seguido por Morelos y Tabasco.
De acuerdo con un estudio realizado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, la tasa de secuestros en suelo tamaulipeco es de 16.18 por cada cien mil habitantes, casi diez puntos por encima de Morelos.
José Antonio Ortega Sánchez, presidente del Consejo, aseguró que este delito creció un 689% de 2004 a 2014 y en Tamaulipas se ha realizado el rescate del 70% de las personas que han sido privadas de la libertad en nuestro país.
Según la organización Alto al Secuestro, comandada por Isabel Miranda de Wallace, hasta marzo de este año se tenían contabilizados 124 secuestros en el país, de los cuales 11 se llevaron a cabo Tamaulipas; el estado con mayor actividad en este rubro es el Estado de México con 37.
Sin embargo, el estado del norte del país no únicamente sufre por este delito. En 2010 fue ahí donde ocurrió una de las mayores masacres en la historia de nuestro país, cuando fueron asesinados 72 migrantes centroamericanos en el municipio de San Fernando.
Esta demarcación ha sufrido las inclemencias del narcotráfico y se ubica como un de los estados más peligrosos debido a la pugna que hay entre el cartel del Golfo y los Zetas, quienes se disputan uno de los territorios clave para el trasiego de drogas hacia Estados Unidos.
La situación de Pulido llega en un momento álgido para la política tamaulipeca que está a una semana de que se celebren elecciones gubernamentales, en medio de una contienda en la que Francisco García Cabeza de Vaca, candidato del PAN, tiene casi el 50% de simpatía de la gente.
