Gilberto Hernández, un destacado futbolista de 26 años que representaba al Club Atlético Independiente (CAI) y había sido convocado a la Selección Nacional de Panamá, encontró un trágico final en un tiroteo en la provincia de Colón.
El joven defensor, que había sido una pieza clave en las recientes victorias del CAI, se encontraba en compañía de otras seis personas en la provincia caribeña cuando fue sorprendido por dos desconocidos que, tras descender de un taxi, abrieron fuego contra el grupo. El saldo del violento ataque fue de siete heridos, siendo las heridas de Hernández mortales.
La noticia ha conmocionado a la comunidad futbolística. La Liga Panameña de Futbol y la Federación Panameña de Futbol expresaron su profundo pesar, rindiendo homenaje a Hernández como un líder y bicampeón.
Además, en un gesto de humanidad y desesperación, el padre del fallecido futbolista perdonó públicamente a los autores del crimen, al tiempo que hizo un llamado a las autoridades para que tomen medidas efectivas contra la creciente ola de violencia que azota la región.
Es importante destacar que la provincia de Colón, donde tuvo lugar el ataque, es conocida por ser una de las zonas más conflictivas de Panamá, con frecuentes enfrentamientos entre pandillas y altas tasas de homicidios.
La prematura partida de Hernández no solo deja un vacío en el deporte y resalta la urgente necesidad de abordar la violencia en Panamá.