En un encuentro de la Segunda División de Bielorrusia entre Smorgon y Volna, el jugador Vladislav Shubovich protagonizó un inusual episodio tras anotar un gol. Decidió aprovechar el momento para pedirle matrimonio a su novia en pleno campo de juego, deteniendo el partido con la colaboración del cuerpo técnico.
Sin embargo, la emotiva propuesta fue abruptamente interrumpida por un guardia de seguridad del estadio, quien, confundiéndola con una hincha intentando invadir la cancha, la empujó fuera del campo. Este malentendido generó tensión y estuvo a punto de desencadenar una pelea.
A pesar del malentendido, Shubovich y sus compañeros de equipo reprendieron al guardia por arruinar el romántico momento. El futbolista expresó su molestia y estuvo cerca de tomar medidas físicas contra el agente de seguridad.
Aunque la intervención del guardia inicialmente empañó la propuesta, la historia tuvo un desenlace positivo. La novia de Shubovich aceptó la propuesta de matrimonio, demostrando que, a pesar de la desafortunada actuación del miembro de seguridad, el amor prevaleció en este peculiar capítulo futbolístico.