La urgencia de un título por parte de la afición de Cruz Azul rebasa fronteras y hasta creencias religiosas. Es por ello que cuatro celestes que se encontraban en Japón decidieron implorar por un título para la Máquina en un templo budista.
En el templo dedicado a Jizo, Bodhisattva o deidad budista que destaca por su bondad para con los difuntos y pequeños niños, fue el escenario en el que los aficionados cementeros dejaron sus peticiones en pequeñas tablillas, una tradición muy arraigada en los templos japoneses.
Cruz Azul no tiene un torneo esperanzador, que hasta el momento permita a los peculiares viajeros pensar que su deseo se cumplirá; sin embargo, la petición está hecha.