Dentro de la euforia que se vivió en las calles de Philadelphia tras el primer título de Eagles en el Super Bowl LII, uno de los aficionados quiso festejar comiendo excremento de caballo.
Con la playera de Randall Cunningham, y asegurándose de no ensuciar la bufanda que traía puesta, el fan se arrodilló ante una pila de excremento y sólo agachó la cara para empezar a comérselo.