El éxito del fútbol estadounidense en un Mundial sigue siendo un sueño. Aunque ofreció una mejor imagen en Qatar, el resultado fue el mismo que en 2010 y 2014. Estados Unidos se despidió del torneo en octavos de final tras perder 3-1 frente a Holanda el sábado.
Esto es algo que dejó devastado al equipo en general y en especial a Christian Pulisic, líder de la selección, aunque al más puro estilo de terminator promete regresar.
"Esto va a doler por mucho tiempo, pero estoy muy agradecido por este equipo y por todos los que nos apoyaron durante todo el proceso. Un sueño de toda la vida hecho realidad representar a mi país en una Copa del Mundo. Volveremos", escribió Christian Pulisic en redes sociales.
Por su parte, Weston McKennie. No se quedó atrás y aunque también se fue triste con el resultado se va con la satisfacción de haber mostrado al mundo que Estados Unidos puede dar otra cara en el futbol.
“Hemos demostrado que podemos competir con equipos de primer nivel y queremos cambiar la narrativa porque pensamos que, obviamente, en los últimos años que no se le ha guardado suficiente respeto al fútbol estadounidense y a la forma en la que jugamos. Creo que en esta Copa del Mundo hemos conseguido algo de eso", sentenció el mediocampista
ESTADOS UNIDOS TENÍA EXPECTATIVAS ALTAS PERO NO LAS CUMPLIÓ
Las expectativas eran altas para un equipo con un núcleo joven de estrellas en ascenso que militan en algunas de las mejores ligas europeas.
Ninguna nación de Centroamérica, Norteamérica o el Caribe alcanza las semifinales desde Estados Unidos lo hizo en el primer Mundial, el de 1930.
Tras empatar con Gales e Inglaterra, la victoria por 1-0 sobre Irán les dio el boleto para la fase de eliminación directo, lo mínimo para evitar un sonoro fracaso. Despedirse en la primera ronda había sido una decepción dadas las expectativas que despertó la reconstrucción comandada por el seleccionador, Gregg Berhalter.