La fiesta se acabó muy pronto. El Estado Al Bayt prometía un lleno carnavalesco como apertura de Mundial, especialmente por tener al anfitrión como protagonista. Y hubo qataríes, amplia mayoría en la grada, pero conforme se dieron cuenta de la pobre realidad futbolera de su Selección, exhibida por Ecuador, fueron partiendo de las tribunas. Insólito abandono en una Copa del Mundo.
Aunque se reportaron agotadas las 60 mil entradas para la gran carpa beduina que dio la primera patada en Qatar 2022, ni siquiera para el show de inauguración se llenó la grada del inmueble al Norte de Doha. Para arrancar el partido a las 19:00 horas locales se mostró la mayor asistencia en las butacas, que aún mostraban algunos pequeños huecos.
En ambas cabeceras se ubicaron las porras de ambas selecciones, más numerosa la de amarillo intenso que alentada a los visitantes. Una franja de tono vino más delgada entonaba cánticos futboleros ajenos a Qatar, pero adoptados para su Mundial. Ni cinco minutos pasaron para el mazazo del gol, en el que hubo redención al ser anulado, pero el volumen de la tribuna empezó a bajar. Y dos más cayeron para los de casa.
El aficionado qatarí comenzó a abandonar el estadio en el segundo tiempo, entre la desilusión y el frío extremo que se sentía en el estadio, como jamás se había visto con la tribuna local en un Mundial, otro claro ejemplo de que este evento está metido con calzador en una región que vive en su burbuja y no acepta lo de afuera.