Este 21 de noviembre de 2024, el presidente ruso, Vladímir Putin, confirmó el lanzamiento de un misil balístico hipersónico sin carga nuclear contra una instalación militar en Dnipró, Ucrania.
Este misil, denominado Oreshnik, alcanza velocidades de Mach 10 y puede portar ojivas nucleares. El ataque se produjo en respuesta al uso por parte de Ucrania de misiles de largo alcance suministrados por Estados Unidos y el Reino Unido, como los ATACMS y Storm Shadow, para atacar objetivos en territorio ruso.
“En respuesta al uso de armas de largo alcance estadounidenses y británicas, el 21 de noviembre de este año, las Fuerzas Armadas rusas lanzaron un ataque combinado contra una de las instalaciones del complejo militar-industrial de Ucrania”, declaró Putin.
En reacción a este ataque, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenskyy, acusó a Rusia de utilizar Ucrania como "campo de pruebas" para su armamento avanzado, destacando el desprecio de Rusia por la vida humana y la soberanía ucraniana.
“Hoy, nuestro loco vecino mostró una vez más lo que realmente es”, dijo Zelenskyy. “Y cuánto miedo tiene”.
Este intercambio de ataques ha intensificado las tensiones en el conflicto, con Rusia actualizando su doctrina nuclear para permitir el uso de armas nucleares en respuesta a agresiones significativas con armas convencionales que amenacen su soberanía o integridad territorial.
La comunidad internacional observa con preocupación esta escalada, temiendo que el conflicto pueda extenderse más allá de las fronteras de Ucrania y Rusia.
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