En medio de la crisis que atraviesa el catolicismo, las personas han optado por cambiar o combinar sus creencias con alguna otra religión o doctrina.
En México, una de las que mayor arraigo ha tenido (de 2002 a la fecha) es la Santería, la cual tiene sus orígenes en Nigeria, pero llegó procedente de Cuba.
Basicamente, la también llamada Regla de Osha, rinde culto a diversos santos u orishas, mientras que su Dios principal es Olorun.
Durante varios años, esta religión llegó a ser ‘satanizada’ por los mexicanos; sobre todo por los católicos. Hoy en día, sus fieles cuentan con más abertura para practicarla; incluso, hay lugares especializados en todo tipo de productos relacionados con ella.
El Mercado de Sonora, enclavado en el centro de la capital, es el lugar donde los creyentes o aleyos de la Santería, se dan cita para adquirir collares, amuletos o animales que llegan a matar en sus sacrificios y ceremonias.
Aunque sus procesos parezcan un poco extremos, quienes practican la Santería afirman que más que una religión, es una forma de vida, llena de disciplina y armonía; por lo que no comprenden la manera en que son cuestionadas sus creencias y piden ser respetados.