La política húngara ha sido sacudida por la dimisión de la presidenta Katalin Novák, envuelta en un escándalo tras otorgar un indulto a un condenado en un caso de pederastia. Este suceso ha forzado también la renuncia de Judit Varga, exministra de Justicia y previsible cabeza de lista de Fidesz para las elecciones europeas, evidenciando una crisis en las altas esferas del gobierno.
La polémica decisión de Novák de perdonar al subdirector de un centro de menores, implicado en encubrir los abusos sexuales a niños por parte de su superior, ha desatado una ola de indignación nacional. "He cometido un error... Hoy es el último día que me dirijo a ustedes como presidenta", anunció Novák en un comunicado que subraya la gravedad del error cometido y su repercusión política.
Renuncia la exministra Judit Varga
La exministra de Justicia, Varga, expresó su renuncia y retirada de la política a través de las redes sociales, declarando: "Tomé la decisión de conceder un indulto el pasado mes de abril creyendo que el condenado no había abusado de la vulnerabilidad de los niños a los que había supervisado. Cometí un error, ya que el indulto y la falta de motivación eran adecuados para desencadenar dudas sobre la tolerancia cero que se aplica a la pederastia".
La reacción pública no se hizo esperar, y la presión de la oposición y la sociedad civil culminó en manifestaciones masivas en Budapest, donde miles de personas exigieron responsabilidades y transparencia. El primer ministro Viktor Orbán, en un intento por contener el daño, anunció una propuesta de reforma constitucional "para limitar la prerrogativa presidencial del indulto en todos los casos relacionados con la pederastia".
Este escándalo no solo ha forzado la dimisión de dos prominentes figuras políticas sino que también ha puesto en tela de juicio las prácticas gubernamentales y la responsabilidad ética en el manejo del poder. La situación ha revelado las profundas divisiones dentro de Fidesz y ha mostrado la capacidad de movilización de la sociedad húngara ante decisiones políticas controvertidas.
La dimisión de Novák representa un momento crítico para Hungría, que enfrenta el desafío de reconstruir la confianza pública y de asegurar un gobierno que responda efectivamente a las demandas éticas y de justicia de sus ciudadanos.
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