El panorama para 2017 ya lucía desalentador con el incremento del precio a la canasta básica (mil 346 pesos por persona) y un raquítico aumento al salario mínimo (tan sólo 7 pesos); sin embargo, el ‘megagasolinazo’ convertirá el próximo año en una verdadera pesadilla para el bolsillo de los mexicanos, debido a que esto elevará el precio de los productos entre cinco y seis por ciento.
Mientras los ciudadanos se tendrán que apretar el cinturón, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) hará su ‘agosto’, puesto que la mayoría de los recursos del ‘megagasolinazo’ serán destinados a dicha dependencia.
Para ser más claros, el precio del combustible se obtiene mediante una fórmula que considera los siguientes factores: precio base, ganancia de la gasolinería, Impuesto Especial Sobre la Producción y Servicios (IEPS), Impuesto al Valor Agregado (IVA) e Impuesto Sobre la Renta (ISR); estos últimos tres son implantados por Hacienda.
De cada litro que se compre, por ejemplo, en la delegación Azcapotzalco en 2017, con un valor de 16.27 pesos; el gasolinero se quedará con 2.91 pesos y Hacienda con 7.21 pesos. Obviamente, la cantidad que recauden será estratosférica.
¿A dónde va a parar todo ese dinero? En un principio se usaba para infraestructura de Pemex; luego a las arcas de las 31 entidades y la Ciudad de México. A partir de 2016, todo este dinero ingresó a las tesorerías estatales para gasto corriente, o lo que es lo mismo, para mantener a los burócratas.