El sacerdote Marcelo Pérez Pérez, párroco de la Iglesia de Guadalupe en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, fue asesinado a tiros el 20 de octubre de 2024. Fue atacado por individuos a bordo de una motocicleta mientras se dirigía a la iglesia de Guadalupe tras oficiar una misa en el barrio de Cuxtitali.
Marcelo Pérez era conocido por su activismo en defensa de los derechos de las comunidades indígenas y por su lucha por la paz en la región de Los Altos de Chiapas, que ha sido gravemente afectada por la violencia.
Este asesinato conmocionó a la comunidad, que lo recuerda como un defensor de la justicia social y los derechos humanos. El sacerdote había sido previamente amenazado y contaba con medidas cautelares de protección por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos debido a su activismo.
A pesar de las acusaciones que enfrentaba, incluyendo una orden de aprehensión relacionada con la desaparición de personas en Pantelhó, él siempre negó estar vinculado a grupos de autodefensa.
Las autoridades locales han iniciado investigaciones para esclarecer el crimen, mientras que organizaciones religiosas y de derechos humanos han condenado enérgicamente este acto de violencia, exigiendo justicia y seguridad para los líderes comunitarios en la región.
“El crimen organizado ha sembrado miedo y dolor en diversas regiones del país, y Chiapas no es la excepción. La violencia en esta región refleja un problema estructural que demanda una respuesta integral y urgente del Estado.
“Hacemos un llamado urgente a las autoridades para que respondan con firmeza y restauren el orden y el estado de derecho”, se lee en un comunicado de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús Jesuitas México.
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