Lenín Moreno mandó al ejército a las calles ante protestas en Quito 

|
AP
AP
| 12 Oct, 2019

El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, ordenó el sábado el despliegue de las fuerzas armadas en las calles en medio de protestas contra el incremento de los precios de los combustibles y que el sábado se tornaron particularmente violentas en Quito, cuando manifestantes encapuchados atacaron una televisora, un diario, vehículos particulares y bloquearon casi toda la capital del país.

Moreno anunció la imposición de un toque de queda a partir de las tres de la tarde de Ecuador que las fuerzas armadas se encargaran de cumplir, una medida anunciada unas horas después de que los manifestantes se apoderaran de diversos sectores de la capital y realizaran los ataques, que también afectaron las oficinas de la Contraloría.

El toque de queda “facilitará la actuación de la fuerza pública frente a los intolerables desmanes de violencia”, señaló el mandatario en su cuenta de Twitter.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: CLAUDIA SHEINBAUM ANUNCIÓ TROLEBUS ELEVADO EN IZTAPALAPA

Minifestantes protestan por alza a precios de combustibles

Minifestantes protestan por alza a precios de combustibles|AP

Pobladores de Calderón, un pueblo cerca de la capital, capturaron a decenas de policías y militares y los llevaron a los camerinos del estadio local. Previamente fueron desarmados y obligados a quitarse las botas. Oficiales y dirigentes negocian su liberación.

El diario El Comercio y el canal privado Teleamazonas fueron blanco de los ataques, mientras otros manifestantes bloquearon las vías al aeropuerto capitalino.

Las escenas de bloqueos con llantas, palos y montículos de tierra, que al inicio del día eran esporádicas, se generalizaron y aumentaron en violencia en toda la ciudad impidiendo el paso a vehículos particulares con agresiones con palos y piedras.

En otras áreas de la ciudad grupos de manifestantes se movilizaban en camionetas o a pie, con banderas y en medio de gritos de protesta.

Se impuso toque de queda

Se impuso toque de queda|AP

El toque de queda fue inicialmente aplicado en Quito a partir de las tres de la tarde, pero luego el mandatario emitió un decreto para ampliarlo a todo el país y aplicarlo diario desde las ocho de la noche hasta las cinco de la mañana.

Moreno acusó a grupos de narcotraficantes y a seguidores del expresidente Rafael Correa de estar detrás de los actos violentos.

“Ventajosamente los indígenas ya los han detectado y están separándolos de sus filas”, dijo. En los últimos días, grupos indígenas habían encabezado las protestas más recientes, pero no se había llegado a estos niveles de protesta.

El presidente ha hecho varios llamados al diálogo y tras un rechazo inicial, líderes indígenas dijeron que estaban dispuestos a hacerlo, aunque la posibilidad de sentarse a la mesa se vio opacada por los hechos violentos del sábado.

Con una deuda de 64 mil  millones de dólares y un déficit anual de 10 mil millones, el presidente Moreno ha decidido aumentar los impuestos, flexibilizar las leyes laborales y recortar el gasto público para poder obtener más de 4 mil millones de dólares en financiamiento de emergencia del Fondo Monetario Internacional.

Miles de protestantes salieron a las calles

Miles de protestantes salieron a las calles |AP

Como parte de ese plan, Moreno eliminó un subsidio al precio de los combustibles el 2 de octubre, lo que hizo que la gasolina se elevara. El pánico y la especulación provocaron un alza enorme en los precios, y los costos de algunos productos _ las papayas y las tarifas de los autobuses rurales, por ejemplo_ se duplicaron o más.

Los pobladores indígenas de Ecuador, destrozados por la pobreza y desatendidos por los programas gubernamentales, estaban furiosos. Durante la semana pasada, miles de shuar, saraguro, quechua y otras etnias indígenas llegaron a Quito desde lo profundo de la Amazonía y desde los poblados en los Andes ecuatorianos.

A pesar de la difícil situación, Moreno ha dicho que no puede reanudar los subsidios a los combustibles. El país está en bancarrota y ceder ante los manifestantes sería una derrota en el esfuerzo del presidente por revertir las políticas de su predecesor y exmentor, Rafael Correa.

Notas Relacionadas