La Unión Europea dio este jueves luz verde a la apertura de las fronteras a los viajeros de terceros países que se hayan vacunado con uno de los fármacos aprobados por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), o que provengan de lugares con una incidencia acumulada de 75 casos o menos por cada 100 mil habitantes, lo que afectará a países como Estados Unidos.
Para poder entrar a la UE, las personas se tendrán que haber vacunado al menos 14 días antes y, según la decisión anunciada este miércoles y adoptada formalmente este jueves, también se aceptarán los fármacos autorizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre los que se encuentra la vacuna china Sinopharm.
Los países de la UE acordaron también que si uno de ellos acepta que la prueba de vacunación exima de la obligación de hacer cuarentenas o test PCR, esas medidas se tendrán que aplicar también a los viajeros de terceros países, siempre y cuando haya reciprocidad.
El acuerdo alcanzado a nivel comunitario, no obstante, es totalmente voluntario, ya que el control de las fronteras es una competencia estrictamente nacional, por lo que, en último término, cada país podrá adoptar las medidas que crea convenientes.
Además, se ha establecido un 'freno de emergencia' para poder restringir de forma urgente la entrada de viajeros de terceros países en caso de que en uno de ellos empeore la situación epidemiológica, sobre todo por la aparición de nuevas variantes del virus, tanto si se consideran variantes preocupantes o variantes de interés.
Mientras tanto, las instituciones europeas se reúnen hoy de nuevo para intentar llegar a un acuerdo sobre el certificado de vacunación que facilite los viajes para los ciudadanos comunitarios, con la intención de que esté aprobado en junio, a tiempo para la temporada de verano.
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