El 14 de marzo se detectó un caso importado de sarampión en la Ciudad de México en un niño de 4 años. La Secretaría de Salud federal enfatizó la importancia de la vacunación para prevenir esta enfermedad. Este caso ocurre después de cuatro años desde que hubo un brote de casi 200 infectados durante la pandemia de COVID-19.
La Secretaría de Salud pide no caer en pánico tras el brote de sarampión
Los Centros de Salud en México cuentan con vacunas gratuitas contra sarampión, rubéola y paperas para niños de 1 a 9 años, y contra sarampión y rubéola para adolescentes de 10 a 19 años. La Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud destaca la importancia de la vigilancia epidemiológica para detectar y notificar casos probables de sarampión y prevenir brotes epidemiológicos.
“Es importante no caer en pánico, ya que lo más importante es prevenir contagios”.
El Censia recomienda que los niños, niñas y adolescentes sean vacunados para completar su esquema de vacunación.
“Se insta a los padres, madres y personas cuidadoras a revisar las Cartillas Nacionales de Salud de sus hijos e hijas y a aclarar dudas con el personal de las unidades de salud, de ser necesario, para que se les aplique la dosis que haga falta”, señala la dependencia.
¿Qué es el sarampión?
El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta principalmente a los niños. Se caracteriza por la aparición de fiebre, erupción cutánea y síntomas respiratorios. Puede causar complicaciones graves, como neumonía y encefalitis, y en casos extremos, puede ser mortal. La vacunación es la forma más efectiva de prevenir el sarampión.
¿Cómo se transmite el sarampión?
El sarampión se transmite a través del contacto directo con las secreciones nasales o de la garganta de una persona infectada. También puede transmitirse a través del aire cuando una persona infectada tose o estornuda.
¿Cómo evitar los contagios de sarampión?
Para evitar los contagios de sarampión, es importante seguir algunas medidas preventivas. En primer lugar, es fundamental asegurarse de que todas las personas estén vacunadas contra el sarampión, ya que la vacuna es la forma más efectiva de prevenir la enfermedad. Además, es importante mantener una buena higiene personal, lavándose las manos con frecuencia y evitando el contacto cercano con personas enfermas. También se recomienda cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, y evitar compartir objetos personales, como vasos o cubiertos. En caso de sospecha de contagio, es importante acudir al médico y seguir sus indicaciones para evitar la propagación de la enfermedad.