Kremlin reiteró las amenazas del presidente Vladimir Putin sobre las graves consecuencias que podría tener el uso de misiles de largo alcance proporcionados a Ucrania por Occidente, tras los reportes de que el presidente estadounidense Joe Biden habría autorizado dicho apoyo.
Maria Zajárova, portavoz de la Cancillería rusa, se limitó a señalar que “el presidente ya se ha pronunciado al respecto”, refiriéndose a declaraciones de Putin en septiembre. En aquel momento, el mandatario ruso afirmó que el uso de estos misiles para atacar territorio ruso cambiaría la “naturaleza del conflicto” y sería considerado como una agresión directa de la OTAN y Estados Unidos contra Rusia.
Putin subrayó que tal situación podría desencadenar una respuesta nuclear si se recibieran ataques masivos o información fiable de una amenaza contra Rusia o sus aliados, como Bielorrusia. Estas declaraciones ganaron relevancia después de que The Washington Post reportara que Biden habría autorizado el uso de misiles ATACMS, capaces de alcanzar objetivos a 300 kilómetros de distancia, para ataques limitados dentro de Rusia.
Altos legisladores rusos advirtieron que esta decisión intensificaría peligrosamente el conflicto y podría llevar a una Tercera Guerra Mundial. Andrei Klishas, miembro del Consejo de la Federación, afirmó que Occidente está apostando por una escalada que podría resultar en la destrucción de Ucrania. Por su parte, Vladimir Dzhabarov, vicepresidente de la Comisión de Asuntos Internacionales, aseguró que la respuesta rusa sería inmediata.
Leonid Slutsky, presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Duma Estatal, enfatizó que cualquier ataque con misiles estadounidenses dentro de Rusia provocaría una respuesta severa de Moscú.
Donald Trump, quien asumirá el cargo en enero, ha prometido en varias ocasiones acabar con la guerra en Ucrania, lo que podría alterar significativamente la dinámica del conflicto.
Hasta el momento, ni la Casa Blanca ni el Pentágono han confirmado oficialmente la decisión, mientras que las tensiones entre Rusia y Occidente continúan escalando.