Guerrero, ya afectado por las secuelas del huracán 'Otis', experimenta ahora un temblor que sacudió la región. Las primeras informaciones del Sismológico Nacional señalaron una magnitud de 5.0, con una profundidad de 5.4 kilómetros, sorprendiendo a los habitantes de Zihuatanejo a las 11:06 hora local (17:06 UTC) este 25 de octubre.
El movimiento tuvo como epicentro 28 km al suroeste de dicha población del estado de Guerrero, de acuerdo con la información preliminar del Servicio Sismológico Nacional (SSN). Ante eventos sísmicos de esta magnitud, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) insta a la población a no caer en rumores y a informarse únicamente a través de fuentes oficiales, como las autoridades de Protección Civil, tanto locales y estatales, así como federales.
Es esencial que, tras un terremoto, los ciudadanos revisen sus viviendas en busca de posibles daños, utilicen sus celulares solo en casos de emergencia, eviten encender cerillos o velas hasta asegurarse de que no haya fugas de gas y estén alerta ante posibles réplicas del sismo.
México, debido a su ubicación geográfica, se encuentra en una zona de alta actividad geológica, lo que lo expone al riesgo constante de sufrir este tipo de eventos. Ejemplos de ello son los devastadores sismos de 1985 y 2017. El primero, ocurrido el 19 de septiembre de 1985, tuvo una magnitud de 8.2 con epicentro en Guerrero. El segundo, 32 años después, tuvo epicentro en los límites de los estados de Puebla y Morelos, dejando un saldo de 369 muertes en el centro del país.
Estos eventos traen a la memoria de los mexicanos recuerdos dolorosos y subrayan la importancia de estar preparados y alerta ante posibles movimientos telúricos.
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