Robinson Canó fue dado de baja el lunes por los Mets de Nueva York pese a que le adeudan 45 millones de dólares en su contrato, el punto final de una adquisición desastrosa y que quizás sea el cierre de una destacada carrera en las Grandes Ligas.
En un mal inicio de temporada, el dominicano fue puesto en asignación poco antes que los equipos recortaran sus rosters, de 28 jugadores a 26. Relegado a ser un jugador de mediotiempo esta campaña, Canó se quedó sin espacio cuando los Mets optaron por peloteros más jóvenes y vérsatiles en su banca de suplentes.
Canó, de 39 años, se perdió toda la pasada temporada al purgar su segunda suspensión por un caso de dopaje. Bateaba para .195 (8 hits en 41 turnos), con un jonrón, tres impulsadas y un pobre OPS de .501 en 43 apariciones al plato. El jonrón fue a banda contratio en el primer juego de local del local, el 15 de abril contra Arizona, pero apenas participó en 12 de 23 encuentros, seis veces como titular en la segunda base y cinco como bateador designado.
Pese a su mala racha en una reducida función, la decisión de desprenderse de Canó era muy complicada para los Mets — no sólo por todo el dinero que le deben.
Era un jugador popular en el camerino, con mucha disposición para compartir su conocimiento beisbolero. Canó y varios compañeros insistían que eventualmente iba a producir en el plato si recibía la oportunidad.
Al anticiparse la salida, el estelar torpedero Francisco Lindor dijo el domingo que sacar a Canó del equipo era algo que no le iba a gustar.
El manager de los Mets Buck Showalter reconoció que es un desafío para un pelotero veterano como Canó, acostumbrado a estar en la alineación todos los días, adaptarse a ser jugador de mediotiempo.
“Sin importar el tipo de experiencia que tenga, es duro. Y yo lo entiendo", dijo Showalter el domingo. “Es duro para él. Lo sé. Es difícil para varios. Es difícil para J.D. Davis, Dom Smith, (Luis) Guillorme”.
Ocho veces seleccionado para el Juego de Estrellas y dos veces ganador del Guante de Oro, Canó militó con los vecinos Yanquis en sus primeras nueve campañas en las mayores, ganando la Serie Mundial de 2009. También ganó cinco Bates de Plata y fue el Jugador Más Valioso del Juego de Estrellas de 2017.
Canó batea para .302 a lo largo de su carrera, con 335 jonrones, 1.305 remolcadas y un OPS de .842. Acumula 2.632 hits, incluyendo 571 dobles.
Los Mets le deben casi 45 millones de dólares por el contrato de 240 millones y 10 años que firmó con los Marineros de Seattle. Perdió algo más de 36 millones por sus dos suspensiones por dopaje.
Nueva York tiene siete días para canjear o desprenderse de Canó. También podrían mandarle a las menores, asignación que Canó tiene la facultad de vetar porque tiene al menos tres años de servicio en las mayores.
Dado su enorme salario, es poco probable que otro club lo tome de la lista de transferible. Ese equipo asumirá la responsabilidad por todo el salario. Pero si los Mets lo dejan en libertad, un equipo podrá firmarle por un monto prorrateado del salario mínimo de 700.000 dólares esta temporada y también pagar el mínimo de 710 mil en 2023.
Seattle sigue siendo responsable por el último pago de 3,75 millones a los Mets el próximo 1 de diciembre, parte de los 20 millones que los Marineros aceptaron pagarle a Nueva York cuando lo canjearon a los Mets como parte de un cuestionado canje en diciembre de 2018.
Además de sacar a Canó del roster, los Mets enviaron al relevista derecho Yoan López a su sucursal de Triple A en Syracuse.