Pese a que Juan Carlos Silva tuvo poca participación con la Selección Mexicana Sub 17 en el Mundial de Perú 2005, siempre mostró empatía con los ideales que les inculcó Jesús Ramírez para conseguir el campeonato.
“El principal objetivo era ser Campeón, Chucho siempre nos decía que ‘si lo crees, lo creas’, y gracias a Dios así se nos dio. Recuerdo mucho que las noches de concentración nos ponía a visualizar y nos preguntaba con quién queríamos jugar la Final, y todos decíamos que Brasil. Tanto lo visualizamos que se nos dio y se logró el objetivo”, compartió en entrevista telefónica con RÉCORD.
Lo que pasó aquel 2 de octubre en el Estadio Nacional de Lima dejó marcados a los jugadores mexicanos que habían visualizado junto con su entrenador ese momento.
“El día de la Final todo el mundo estaba ansioso de que ya empezara el partido; Chucho llegó al vestidor a dar una plática de que era el día soñado, el día indicado, que lo habíamos imaginado, él solo pedía que diéramos todo en la cancha y que lo disfrutáramos; fueron palabras muy motivantes. En la cancha ya estábamos a un paso de ser campeones y la motivación era grande", indicó.
“Son muchos los recuerdos, desde el silbatazo final y toda la alegría que brotó en cada jugador, hasta el regreso a México que toda la gente estaba ahí en el aeropuerto; parecía que todo México nos estaba esperando, y de ahí a Los Pinos. Cuando cargamos la Copa y llegamos a México y todo el recibimiento de la gente fue lo más bonito de hace 10 años”, finalizó.
CARRERA DE ALTIBAJOS
Tener 17 años, ser Campeón del Mundo y pertenecer al América auguraban un futuro prometedor para Juan Carlos Silva; sin embargo, su carrera ha tenido altibajos.
“Algunos debutaron al poco tiempo que llegamos; en mi caso no fue así, pero ese campeonato me motivó a echarle ganas y así poder tener una gran carrera. Lo primero que te viene a la mente es que va empezando bien tu carrera”, aseveró.
Silva adquirió proyección al marcar en un Clásico defendiendo la playera del América.
“Debuto en 2007 con un equipo grande que me dejó muchas satisfacciones, y más teniendo un debut con goles, es algo soñado”, afirmó.
Sin embargo, luego de probar las mieles del triunfo, el Torito encaró los sinsabores.
“Con Necaxa viví un descenso muy duro; de ahí me compró Pachuca, equipo al que pertenezco; desgraciadamente ahí no tuve mucho juego, y lo duro fue cuando me fui al descenso con la Primera A de Michoacán, eso sí fue un golpe duro para mí. Estuve seis meses con La Piedad, luego me fui a San Luis de Primera División”, contó el mediocampista, quien para este torneo emigró al balompié de Guatemala.