En un partido con emociones a cuentagotas, Santos Laguna se impuso por la mínima a los Camoteros de Puebla, equipo que no supo hacer valer su localía y terminó pagando con un descalabro su desatino frente al marco
Los primeros 45 minutos fueron de sufrimiento puro para el espectador; ni el ímpetu de Luis Gabriel Rey ni la voluntad de hierro del Pulpo González fueron capaces de desequilibrar una balanza que apenas y registraba movimiento alguno.
Tuvo que llegar el complemento para que las redes se movieran por vez primera. La anotación cayó por la vía del Harakiri y Mario de Luna fue el Samurai encargado de enviar el esférico a propia puerta; el que parecía un pase de rutina terminó por colarse en cámara lenta hacia la línea de gol y el local se convirtió en víctima de sus propios errores
Con el autogol poblano como argumento único, Santos logró un triunfo que viene a reforzarle en lo anímico; los daños colaterales se los llevó la Máquina de Cruz Azul, que pasará una larga semana en el sótano del Apertura 2015.
