Jugó tres Mundiales, pero le bastó uno para escribir su nombre en la historia del torneo. Andrés Iniesta fue el responsable de la única Copa del Mundo de España en su historia, y uno de los rostros más visibles de esa generación.
Su historia en el torneo más importante del mundo se remonta a Alemania 2006, aunque sólo tuvo 90 minutos de juego. Su tercera Copa, en Brasil, fue presa del mal momento del equipo. Así que en Sudáfrica vivió su mejor momento. En suelo africano mostró su mejor versión, libre en el mediocampo fue el líder del equipo y sus acciones fueron determinantes en momentos clave, como aquel segundo gol ante Chile en la Fase de Grupos que revivió a los ibéricos después de caer en el debut.
Después intervino en el encuentro frente a Portugal al colocar el pase, justo entre tres defensores, para que Torres tocara a Villa y ahí surgiera el gol de la victoria que les dio el pase los Cuartos de Final. Su talento se prolongó ante Paraguay para generar la anotación del triunfo en un partido muy cerrado.
En la Final dio un recital de buen futbol. A falta de cinco minutos para que terminara el tiempo extra, Iniesta recibió el balón dentro del área y definió de derecha para vencer a Holanda.
“Cuando controlo el balón, sé que va a ser gol. Sólo tuve que esperar a que bajara. ¿Y por qué baja? Por la ley de la gravedad. También me ayudó a meter el gol ese detalle. Lo que he conseguido, visto desde la plaza de Fuentealbilla en la que jugaba de niño, es impensable”, declaró el jugador en charla que brindó al diario El País.
