Brasil no jugará completo este Mundial, hará falta su mejor jugador desde la grada: Clovis Fernandes. El peculiar aficionado que siempre apoyaba a la Selección Brasileña desde las gradas con una réplica de la Copa del Mundo y un peculiar sombrero.
Siempre feliz desde Italia 1990 cuando fue su primer Mundial y por primera vez triste como nunca en aquella goleada contra Alemania que lo mostró con el rostro desencajado en cada toma posible de las tribunas.
Pero, Clovis no volverá a aparecer, al menos físicamente, pues falleció víctima de un cáncer con el que luchó durante nueve años. No obstante, si lo estará en espíritu, ya que habrá quienes continuarán su legado: sus hijos Frank y Gustavo, quienes lo comenzaron a acompañar desde que decidió asistir a Mundiales.
"Estoy ansioso, loco por ir, muy feliz y estoy muy emocionado. Va a ser mi primera copa sin mi padre. Es un algo lleno de energía, un sentimiento que no logro describir", platicó Frank a la agencia de noticias Sputnik.
Ambos viajaron a Rusia para continuar con la tradición de su padre acompañados de la réplica del trofeo y con el característico sombrero de Clovis, mismos que todos reconocen en cualquier lugar en el que se paran y agradecen el gesto.
"Mi hermano me preguntó qué pensaba si llevábamos la Copa y el sombrero. Así apareció en Río con las dos cosas. Cuando llegamos a Maracaná las personas reconocían que eran de él (Clovis) y nos pedían sacarse fotos, agradecían y pasaban mensajes de amor", recordó.