Alex Aguinaga aceptó que no fue nada fácil levantar al Necaxa de los 90

AXEL FERNÁNDEZ
| 22 Ago, 2023

El Necaxa de los 90 fue la cúspide en la historia del conjunto rojiblanco que esta semana cumplió 100 años. Sin embargo, pese a dominar la década, los Rayos se construyeron desde abajo, con derrotas, frustraciones y enojos que se canalizaron para formar una de las dinastías más recordadas de la historia.

Encabezado por Alex Aguinaga, el '7' eterno, los rojiblancos picaron piedra hasta que en la temporada 1994-95 levantaron el título luego de vencer a Cruz Azul en la Final. A partir de ese momento, dos campeonatos más, Copas, Recopas, Campeón de Campeones y un tercer lugar en el Mundial de Clubes conformaron el palmarés de los otrora Electricistas.

Pero para lograr todo eso hubo trabajo, incluso con los propios jugadores que llegaban en el equipo, 'exiliados' del América, pues, de acuerdo al astro ecuatoriano, no todos asimilaron rápidamente la idea de dejar a las Águilas y ser rojiblancos.

Alex Aguinaga fue un ícono necaxista

Alex Aguinaga fue un ícono necaxista|ARCHIVO RÉCORD

"Se empezó a construir un equipo, porque (el Necaxa de los 90) no se hizo de la noche a la mañana. Cuando yo llegué había muchos jugadores molestos, tristes, porque venían de América y eran rechazados del equipo de Coapa. Llegaban a Necaxa porque tenían un contrato, porque tenían que seguir trabajando, pero venían enojados, con tristeza, con bronca.

Y en lugar de canalizarla, como que se dejaban vencer y creo que es en ese momento cuando nosotros, los nuevos, entramos en acción, les dijimos "son buenos jugadores, demuestren que tendrían que estar allá y no aquí'", comentó el ahora analista de Fox Sports en charla con RÉCORD.

El ecuatoriano fue campeón con los Rayos

El ecuatoriano fue campeón con los Rayos|ARCHIVO RÉCORD

Tal y como lo dice su himno: 'el Necaxa es un Rayo y no se apaga'. A eso apelearon jugadores, técnicos y directiva, encabezada por Enrique Borja, para comenzar a ganar y después abrir las vitrinas del equipo, "Costó mucho trabajo porque no se dio llegando, yo tenía 21 años, cada uno ponía lo que podía, pero no había esa comunicación, tuvieron que pasar los técnicos, jugadores que ya venían con otra hambre, con deseo de ser protagonista y que de a poco se fueron incorporando a ese Necaxa.

"De ser un equipo gris empezó a brillar, la llegada de un presidente como Enrique Borja ayuda mucho, un exjugador que nos contagiaba de ganas y después empezó a haber mucho más compromiso, en cada entrenamiento era dar el máximo, ganar cada pelota, de que el equipo tenía que ser el mejor, aunado a un proyecto como el de Enrique junto con Sagrario (Baena), que hicieron una gran familia", lanzó el también entrenador técnico ecuatoriano.

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