Darío Lezcano fue el villano de la noche en la derrota de Bravos ante Chivas en el Estadio Olímpico de Ciudad Juárez y una tarjeta roja por insultos al árbitro central César Ramos Palazuelos, permitió la remontada de los rojiblancos y un golpe duro al conjunto local que pretendía sacar un resultado positivo pensando en la tabla porcentual.
El ariete paraguayo perdió la cabeza y luego de que el silbante sancionara una falta al 42’ cerca del mediocampo, recriminó abiertamente la decisión y vino en primera instancia el cartón amarillo.
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Sin embargo, su inconformidad no paró ahí y lanzó un “qué marcas hijo de pu...”, por lo que la expulsión llegó de manera inmediata.
Minutos antes, al 30’, Lezcano ya había tenido una fuerte discusión con Ramos Palazuelos por no estar de acuerdo con una determinación cerca del área. Incluso, alcanzó a dar un evidente empujón al brazo del nazareno que hizo que el intercambio de palabras aumentara de tono, aunque no pasó a mayores.