Hablar de Guillermo Ochoa es referirnos al que para muchos es el mejor portero que ha dado el futbol mexicano. El guardameta nacido en la ciudad de Guadalajara está cumpliendo este lunes 35 años de edad y vive un momento inmejorable ilusionado con llegar a su quinto Mundial.
Fue en el lejano 2004 cuando un jovencito de 18 años cautivó a todos y sorprendió al adueñarse de la titularidad del marco americanista con nula experiencia, pero con una calidad que impresionaba para su juventud y que a la postre perfeccionó y se convirtió en el primer portero nacional en llegar al futbol de Europa.
Muy rápido en su carrera Memo se consolidó, se hizo figura, y alzó un título con el equipo de sus amores en el Clausura 2005. En 2011 se aventuró en el Viejo Continente, donde la mayor parte del tiempo tuvo que negar contracorriente y ser un héroe en sus equipos intentando salvarlos del descenso cada año.
Con el Ajaccio en Francia y el Granada en España pudo sostener al equipo desde su trinchera en la mayoría de los partidos, en donde casi siempre terminaba siendo la figura o el mejor jugador del equipo. Sin embargo, con ambos equipos al final la quema del descenso los alcanzó.
En la Liga Española también vivió un par de temporadas sombrías en su paso por el Málaga, donde Ochoa tuvo que apoyar desde la banca a su compañero, el camerunés Carlos Kameni, quien no soltó en ningún momento la titularidad.
No obstante, no podía dar por finalizada su aventura europea sin levantar un campeonato, mismo que llegó en 2018 mientras defendía el arco del Standard de Lieja, donde ganó la Copa de Bélgica para cerrar su ciclo del otro lado y volver al club que lo vio nacer.
En la Selección Mexicana fue donde Guillermo vivió quizá sus mejores actuaciones. Bajo los tres palos del Tri y en escenarios pletóricos como una Copa del Mundo, el portero de las Águilas lució firme, seguro y con una calidad de élite.
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