De forma sufrida, pidiendo la hora, Tigres sigue su camino rumbo al título del Apertura 2017. Si bien el pase a Semifinales no se les dio de manera triunfal, si lo lograron al empatar a dos goles en 180 minutos ante el León, quien vendió cara la eliminación.
El haber anotado de visitante y haber sido mejores en la posición en la tabla general tras el final de la Fase Regular son argumentos del reglamento, así que el pase de los felinos es ganado con todas las de la ley.
Se podrá perder en la Fase Regular, pero en Liguillas, André-Pierre Gignac, el ídolo de Tigres, siempre aparece.
Dentro del área el francés era vigilado por tres defensas, y ninguno de estos pudo impedir que rematara de cabeza e hiciera el primer gol de Tigres al minuto 20, acción precedida de un tiro de esquina cobrado por Javier Aquino.
Era el gol 17 del Bómboro en Liguillas. Rápido, el seleccionado galo fue a la zona de los Libres y Lokos, la barra de Tigres, y dejó explotar toda su euforia. El tanto de la tranquilidad para el cuadro local.
Pero, los Panzas Verdes no se derrumbarían, así que la respuesta no tardó en llegar con una anotación del colombiano Andrés Mosquera.
Al minuto 24, el defensor haría su primer gol en la Liga MX, jugada donde Juninho no pudo despejar el balón, el sudamericano cayéndose encontraría el balón para emparejar la pizarra.
Mala puntería auriazul en los siguientes minutos de la primera mitad. Gignac con la mira desviada, el dorsal ‘10’ era quien más peligro generaba, aunque sin fortuna a la hora de definir. Igual, Lucas Zelarayán se animaba e ilusionaba a la tribuna.
El cronometro avanzaba y el ambiente era de tensión total pues si bien el empate los clasificaba a la siguiente ronda, si los del Bajío marcaban le daban un giro total a la eliminatoria y los obligaban a marcar dos tantos.
A diez minutos de acabar el partido, después de una opción clara de Mauro Boselli, a quien le taparon su disparo, el Volcán haría erupción con el famoso ‘Oooo, Vamos Tigres, Vamos Tigres”. Para los fans locales era mejor apoyar, que morirse de los nervios.
Al final, los 41,159 espectadores que acudieron a territorio universitario, se pararon de su asiento y se enfundaron en un abrazo, ilusionados en ver en que sus Tigres siguen en pie de guerra.