La historia de Miguel Marín siempre será recordada como uno de los mejores porteros que han venido al futbol mexicano provenientes del extranjero. Sus atajadas y su personalidad dentro y fuera del campo lo hicieron ganarse el respeto.
El argentino, de cementero, vivió su mejor época como profesional, era una auténtica máquina de detener balones. Pero el Estadio Azteca fue testigo de una de sus peores pesadillas bajo los tres palos.
El 23 de mayo de 1976, el ‘Superman’ Marín, en un juego contra el Atlante, se hizo un autogol de manera increíble al intentar despejar de manos.
Al 76’, La Máquina derrotaba a los Potros 1-0, cuando el brasileño Cosme de Souza ‘Binha’, sacó un disparo que fue detenido fácilmente por Marín.
Lo que parecía una pelota sin problemas para el argentino terminó siendo una pesadilla para él. Marín intentó sacar de manos para salir jugando con Francisco Mora, pero al ver que la ofensiva atlantista le cerró los espacios se arrepintió y fue entonces donde el balón se le fue de las manos y se incrustó en su propio arco.
El estadio quedó perplejo, nadie podía creer lo sucedido, Binha sólo levantó las manos para festejar y segundos después el árbitro, Domingo de la Mora, señaló al medio campo dándole la anotación al conjunto atlantista.