América dejó escapar el triunfo en León en los últimos minutos y la polémica arbitral también estuvo presente. Los visitantes protestaron enérgicamente que había dos balones dentro del terreno de juego en el segundo gol del rival y, simplemente, el central Diego Montaño y el asistente José Santana no quisieron detener las acciones.
Al darse el silbatazo final, el técnico Miguel Herrera salió 'disparado' al círculo central para encontrarse con el silbante, a quien le hizo ver que era una jugada ilegal, al haber dos esféricos en el campo, y exigía saber por qué no actuaron con base en el reglamento.
Tras no encontrar una respuesta contundente y llevarse la tarjeta roja, no dudó en calificar de "mala leche" el trabajo de los hombres de negro, ya que no se dieron cuenta totalmente de la situación y no quisieron marcarlo.
En el vestidor, el malestar fue generalizado y, aunque hubo conciencia de que el equipo tuvo un 'bajón' en la parte complementaria y los cambios no funcionaron, se percibió que no era necesario que los nazarenos fueran 'determinantes' en el marcador, pues fue evidente que el balón que estaba detenido también fue un distractor y no tenía por qué estar dentro.
Incluso, de acuerdo a fuentes consultadas, en la escuadra de Coapa se llegó a pensar que si la jugada hubiera sido al revés, Montaño sí habría detenido el partido y las Águilas de cualquier forma lidiarían con la frustración.
Con este amargo sabor de boca, en el conjunto americanista ya debe pensar en su siguiente compromiso contra Toluca, y la directiva no desea que estos errores arbitrales se vuelvan una tendencia, por lo que no descartan levantar la voz en las instancias correspondientes. Por lo pronto, el Piojo deberá lidiar con otro castigo.
