El Estadio Azteca se pintó de azul y oro. Y es que con cada visita de Pumas, el Coloso de Santa Úrsula termina tapizado por aficionados felinos y ayer no fue la excepción, pues la casa de las Águilas fue invadida por auriazules.
Horas antes del partido, los miles de aficionados felinos se dieron cita en las astas del Estadio Olímpico Universitario, donde se reunieron para de ahí en alrededor de 15 camiones, salir con rumbo al Estadio Azteca.
Cerca de las 17:00 horas con un fuerte dispositivo de seguridad, el grueso de las porras arribaron al Azteca. Custodiados por decenas de elementos de seguridad, uno a uno de los autobuses y alguno que otro carro particular, ingresaron al área destinada para los visitantes, donde ya los esperaban innumerables policías.
Ya dentro del estadio, los felinos comemzaron a tomar su lugar del lado norte del inmieble, pero el espacio en la cabecera fue insuficiente, por lo que conel paso de los minutos los policías tuvieron que recorrerse hacia ambos costados.
Al arranque del partido la parte más alta del Azteca estaba llena de pumas, los cuales comenzaron cantando el Himno Univeristario y a partir de ahí no se cayaron hasta que cayeron los goles de América.
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Nada había impedido que las Goyas y los cánticos felinos dejaran de escucharse, hasta que con el primer gol azulcrema, encarecieron, pero el tanto de Carlos González los revivió. Hasta que cayó el segundo de América.
Pero el tercer gol en contra fue lo que terminó por callar el área auriazul, aunque todavía hubo cánticos esporádicos que se escuchaban entre los festejos americanistas.
