Se ve que la reunión pre-Ligilla no sirvió de nada. La última jornada del Apertura 2015 estuvo muy mal dirigida y la Fiesta Grande inició de igual forma.
César Ramos, silbante del encuentro entre América y León, demostró que no está para este tipo de partidos.
No sabe anticiparse, no tiene lectura de partido y mucho menos intuición para detectar las jugadas claves del juego. El penal inexistente que sancionó lo agarró lejos y es notorio que alguien le dijo por la diadema que lo sancionara porque no iba a hacerlo. Tibio con falta de personalidad e indeciso, es el reflejo de lo que fue en el torneo.