León empata con Santos y vuelve a una Final tras 16 años

Jugadores de la Fiera celebran la anotación de Boselli
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DANIEL GÁMEZ
IVÁN CAÑADA
| 09 Dic, 2013

La espera de un equipo con sueños reales cada vez está más cerca de terminar. Un León hambriento, enjaulado durante 10 años en la división de Ascenso y ahora más asentado que nunca en Primera, regresará a una Final tras 16 años de espera. En Torreón tenía la misión de cuidar su ventaja de dos goles conseguida en el Bajío y lo logró con una autoridad pasmosa y una mentalidad de querer siempre más. Al final le valió con un empate (2-2) para continuar con su sueño.

ASÍ LO VIVIMOS

Los Panzas Verdes aguantaron la presión de unos Guerreros insaciables y motivados por la Casa Del Dolor Ajeno, pero ni eso fue suficiente para hacer dudar a un equipo seguro de sus principios, firme de ideas y, además, fuerte de mentalidad.

Si Santos metía fuerte la pierna, León la metía al doble. Si los Guerreros presionaban y corrían por cada pelota, los Esmeraldas encontraban la manera de contrarrestarlo. Era un juego en el que la inteligencia y la experiencia quizá era más importante que el impulso y la explosión de las emociones.

Santos nunca dejó de intentar, su historia reciente no se lo permite, menos el apoyo de su afición que si algo sabe hacer es crear ese ambiente de revancha en su territorio. El problema es que si los laguneros creyeron en ello, se toparon con un equipo que igual respetó sus principios y aclaró que sin importar la instancia o el tipo de partido, lo que debía prevalecer era su identidad.

Por esa razón José Juan Vázquez, Carlos Peña y Luis Montes se lograron entender como siempre en el centro del campo, mientras Matías Britos y Mauro Boselli se consagraban como unos auténticos demonios en el área, apoyados en todo momento por un equipo que es soportado desde la zaga por el mariscal Rafael Márquez. El León siempre fue el León y Santos nunca pudo contra ello, por más que lo trató de arrinconar en su área.

De poco valió que Oribe Peralta encontrara las redes apenas a los seis minutos de iniciado el segundo tiempo, cuando en la primera etapa no pudo dar con la portería. La Comarca Lagunera se volcó por completo y los visitantes entraron en una etapa en la que o apretaban las tuercas o caían en el juego rival que implicaría ceder en el marcador.

Después de unos minutos de desconcierto, Boselli dio con la meta de Oswaldo Sánchez tras un contragolpe y el León dio un golpe casi definitivo en la contienda que hundió un poco más las esperanzas de los de casa.

El marcador global favorable por dos anotaciones y la intención más de cuidar el resultado que buscar imperiosamente anotar de nueva cuenta, provocó que los Esmeraldas regalaran un poco de terreno y el balón a los Guerreros, pero eso no dio otra cosa como resultado más que resurgiera Rafa Márquez en la defensa y contuviera cada embate junto Jonny Magallón, Ignacio González y Edwin Hernández.

Todo esa obra implicó en el hecho que los del Bajío celebraran un tanto más, gracias al Gullit en los minutos finales que sentenció por completo la batalla, más allá de que Juan Pablo Rodríguez convirtió un penalti ya en el tiempo agregado para igualar los cartones. El León finalista es una realidad.