IVÁN CAÑADA
La Máquina ya pita diferente. Regresó su conductor por excelencia y regresó la alegría, el gol y el triunfo en casa. Christian Giménez volvió de inicio, marcó su primera aparición en Liga como titular y los celestes lo notaron de inmediato para celebrar sus primeros 3 puntos ante su gente en lo que va de la campaña. El Atlante fue la víctima y no pudo hacer nada con la vuelta del argentino.
El Cruz Azul requería de una chispa diferente en esta temporada. Tenía las intenciones sin Chaco en la cancha, pero no daba con la fórmula. Con esa encomienda lo intentaron Bravo, Chuletita, Barrera y hasta Aquino. Ninguno como Giménez para comandar el ataque. En el resultado se refleja el cambio y los cementeros notaron la diferencia.
Apenas saltó el Cruz Azul a la cancha y las sensaciones en el estadio ya eran diferentes. La afición resoplaba al ver iniciar a Giménez y el equipo corría de manera distinta al pasar los primeros minutos. Vela como lateral izquierdo y Chuletita en compañía de Pavone. Memo Vázquez apostó con todas sus fichas y la victoria fue el premio final, ante un Atlante desanimado y vulnerable.
El sufrimiento de las 10 jornadas anteriores para el Azul quedaron atrás para ahora darle paso a un equipo ávido de triunfo y ambicioso desde inicio. Quizá no se mostró tan feroz desde el comienzo, pero requirió de un gol para elevar la confianza y buscar aumentar la cuota. La afición demandaba anotaciones y los celestes atendieron a las exigencias.
Pavone fue el primero en aparecer y qué mejor manera que tras un pase de Chaco, su amigo desde la infancia. Primer tanto de la dupla que tanto prometió a inicios de campaña y que hasta este momento se encontró sobre la cancha. La Máquina comenzó su recorrido y parecía que nada los iba a detener.
Por momentos los Potros intentaron apretar, presionar y sorprender al Cruz Azul. Se encontraron con todo lo contrario, sobre todo en los minutos finales. Giménez comandó un contragolpe, eludió a Guerrero y disparó a la esquina inferior izquierda de Villalpando. Brazos al aire, abrazos de todos y celebración entera del estadio. El argentino volvió por completo.
La Máquina ya tenía el triunfo en el bolsillo; sin embargo, no desistió en sus intentos y buscó aumentar el marcador. Todos esos goles no encontrados en la campaña tenían que salir poco a poco. Y si Villalpando contribuía para ello, mejor aun. Aquino probó al arquero azulgrana y éste falló en su labor para recoger el tercero de sus redes.
Parecía que ya cada objetivo del Cruz Azul estaba cumplido: ganaban, divertían, habían anotado, el marco estaba en cero y su gente satisfecha. Israel Castro llegó a cerrar con la misión y remató al ángulo para sentenciar la batalla que los celestes dominaron desde un principio, ante un La Volpe sin respuesta de sus dirigidos y molesto con lo visto.
La Máquina encontró su rumbo en esta ocasión y Giménez fue uno de los grandes responsables. El argentino volvió y todo fue más fácil. Los deseos de Liguilla siguen vivos y el Cruz Azul avanza unos peldaños con la ilusión intacta en el momento más justo.