LUIS SALAZAR
Reapareció Omar Bravo, el delantero y goleador, ese jugador que en su época con Chivas anotaba por doquier, el sábado metió dos tantos con Cruz Azul a base de destreza, pericia en el área y olfato de cazador.
Los dos goles de Bravo aclararon el panorama para Cruz Azul el cual se había complicado ante un Gallos que su falta de futbol la compensó con entrega en el campo del Azul. Al final, La Máquina ganó 3-2 un partido cerrado, pero puede comenzar a pensar en la Liguilla.
Van dos partidos seguidos que Bravo encuentra el gol tras una sequía en todo el torneo. El juego pasado, con el tanto de Omar, La Máquina rescató el empate ante Atlas. El sábado les dio la victoria.
El partido, en pronóstico, parecía sencillo para Cruz Azul porque se encontraba a un Gallos que es el último en la general, en la ofensiva y la defensiva y, además, no había ganado en el torneo. Más ventajas para los celestes, imposible.
Y al 9';, Dionicio Escalante, central de Gallos, se enredó con el balón en su área, Bravo se lo robó y definió ante la salida del portero. Escalante luego se cobraría la jugada con un golpe sobre la cara de Bravo que el árbitro no marcó penal ni expulsó.
El juego parecía perfecto para La Máquina, pero Querétaro sorprendió a Cruz Azul y aprovechó un error en el área para empatar al 31; Armando Pulido centró bombeado y solo en el área apareció Diego Vera para definir de cabeza.
Y en una jugada de las más elaboradas que ha tenido Cruz Azul en todo el torneo, el equipo retomó la ventaja de la banda izquierda, Fausto Pinto puso un centro bombeado al Chaco Giménez, quien estaba del otro lado, éste se llevó a Escalante, tiró un centro que Bravo recibió, con la marca del central García Arias, se dio la media vuelta y definió al 40';. Así terminó el primer tiempo. Luego, al 58';, Mariano Pavone peleó en el área un balón y metió el tercero.
Se perfilaba la goleada pero Gallos tenía otros planes. Tras otro error en la defensa celeste, Luis Ángel Landín se encontró el balón y definió cruzado para acercarlos al 72';. Ambos entrenadores movieron sus piezas, como en el ajedrez. Cruz Azul a conversar la ventaja y Querétaro a intentar empatar. La estrategia les funcionó a los celestes y hoy pueden sonreír por la victoria, aunque los jugadores saben que tienen que mejorar para tener aspiraciones reales al título.
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