En duelos definitivos, siempre tiene que aparecer un fuera de serie, alguien que tenga los tamaños para vestirse de un auténtico superhéroe y, en la Final de Copa MX, brilló Miguel Jiménez, el cancerbero guardián de la puerta de las Chivas.
Durante los 90 minutos del partido, Jiménez no tuvo mucha actividad debajo de los tres palos; su actuación sobresaliente fue en la tanda de penaltis, donde le dio el triunfo por 3-1 al Guadalajara, tras atajar tres disparos del Morelia.
El guardameta rojiblanco, titular indiscutible del torneo copero, tuvo su anhelada recompensa: ser el factor decisivo para que su escuadra se quedara con su cuarto título de este certamen, el segundo con el nuevo formato.
Premio justo a un hombre que se mostró consistente a lo largo de toda la temporada; debía ser él quien defendiera la portería en el duelo contra la Monarquía, que nunca encontró la forma de batir a la escuadra local.
Y ya en el muro de fusilamiento, Jiménez se mostró impávido ante sus rivales. Luego de que Carlos Salcido fallara el primer tiro de las Chivas, el portero del conjunto tapatío encaró a los purépechas y atajó los embates de Jorge Zárate, David Cabrera y Luis Gabriel Rey. Morelia quedó tendido en el césped. El carnaval y la pasión fue toda rojiblanca.
