'Me sorprendió la eliminación de América': Francescoli

Enzo Francescoli junto a su hijo en Mundial de Clubes
Enzo Francescoli junto a su hijo en Mundial de Clubes
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ENZO FRANCESCOLI
DÉBORA D’AMATO
| 16 Dic, 2015

El uruguayo Enzo Francescoli, quien fuera una figura de talla internacional como futbolista, admitió estar sorprendido por la pronta eliminación del América en el Mundial de Clubes, aunque reconoce que es una muestra más de que en el futbol actual no hay favoritos. El manager deportivo de River Plate agregó que sólo le hace falta un título al futbol mexicano para coronar su evidente crecimiento.

¿Te sorprendió la eliminación de América?
La verdad, sí, notablemente, pero también entiendo que el futbol ha crecido mucho. No es como antes que el favorito arrasaba. También es cierto que el equipo que le ganó llegó a esas instancias por mérito propio y nunca hay que subestimar.

Pero esta eliminación de las Águilas fue una cachetada de realidad que le puede servir a River. Fue sorpresivo, es verdad. Por cómo venía preparándose América, uno esperaba que el partido más “simple” lo pueda superar. Pero en el futbol nada es “simple”. Sin embargo, daría la sensación que el único equipo que viene con ventaja, por lo que uno viene viendo hace años y porque tienen al mejor del mundo, es Barcelona. El resto de los equipos son una sorpresa. Está claro que uno espera más de unos que de otros pero hay que ver cómo se levantaron esa mañana, si se plantea acorde al rival... son muchos los factores que pueden determinar un partido.

¿Para Barcelona el Mundial de Clubes es una copa menor?
Ninguna copa de índole internacional es menor para nadie. Seguramente para nosotros, River, América... es de un valor impresionante. Al menos para la afición así lo es. Piensa que en Osaka esperan mil 500 o dos mil hinchas de Barcelona, y se supone que están más cerca, lo que facilitaría el acceso, y sabemos que River, por ejemplo, lleva 15 mil hinchas, mínimo. Barcelona tiene al mejor jugador del mundo y un recambio inalcanzable. Uno es mejor que el otro. Nosotros tenemos figuras, América también pero, ¿cómo haces contra esa potencia? Igual los partidos hay que jugarlos.

¿Es imposible contra ellos, entonces?
No, nada es imposible. Es difícil, sí. Lo tenemos claro. Todos los equipos que enfrentan a Barcelona lo saben. Pero no se llega de regalo a un Mundial de Clubes. Un ejemplo claro de crecimiento lo tiene el futbol mexicano en sí. Año tras año, la selección y los equipos en sí, dan un paso más. Sino mira a Tigres. Antes jugaron una notable final en la Copa Libertadores. Para nosotros era un rival durísimo. Los que no siguen al futbol mexicano subestimaban su presencia... a México sólo les falta una copa para coronar su crecimiento, ese que vemos año tras año.

¿Y qué les falta en cuanto a lo táctico o técnico a los equipos mexicanos?
Quizás creérsela un poco. Están ahí nomás de la maduración definitiva. Su futbol ha crecido mucho y a las pruebas me remito. Pero les falta cinco para el mango, como decimos en Argentina. Un golpe de horno... no sé cómo expresarlo porque tienen todo: maduración, mejora táctica, técnica, inclusive anímica pero les falta el golpe final. No tengo dudas que lo lograrán porque México cuenta con algo que falta en muchos clubes: dinero.

¿A qué te refieres?
A que antes iban jugadores de la media y ahora subieron la vara y su futbol creció notablemente. No compran a cualquiera. Lo hacen con jugadores, con entrenadores. Inclusive exportando jugadores han crecido. Antes sólo estaba Hugo Sánchez en el mundo y hoy no es de ese modo.

¿Te sorprendió la contratación de Almeyda en un equipo tan nacionalista como Chivas?
No, porque sé de la calidad como entrenador del ‘Pelado’ y a las pruebas me remito. No se equivocaron en contratarlo. Más allá de que el nacionalismo es para la plantilla, porque siempre buscaron mejorar alternando en la conducción táctica incluyendo entrenadores de otras nacionalidades.

¿El mercado mexicano consulta mucho sobre jugadores de River?
Permanentemente. Nosotros vendimos a Sánchez y si bien no queríamos que se vaya fue imposible sostenerlo porque ante semejante propuesta el jugador se quiso ir.

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