DÉBORA D’AMATO
No es amigo de las entrevistas, por lo mismo había decidido guardar silencio por meses; no le gustan y no por egocentrismo o desplantes ante la prensa: "Disfruto de mi anonimato y si doy entrevistas, pierdo esa paz”. El mensaje de Carlos Bianchi, el entrenador más ganador de la historia de Boca Juniors, es claro y elocuente. Su prestigio es indudable y la fidelidad de su discurso es tan real como palpable. Dice y actúa en consecuencia sin margen de error.
Lo cierto es que el prestigioso director técnico argentino ha recibido llamados de América para sondear sus ganas de volver a dirigir en reiteradas oportunidades en años anteriores. En esta era Carlos Reinoso, hay dos excepciones a comparación de las otras veces.
La primera es que informalmente Bianchi no reconoce comunicación del equipo azulcrema para acercarle una propuesta de trabajo. La segunda, y la más llamativa de ambas, es que Bianchi tiene deseos de volver a dirigir. Sí señor, el mismo Virrey ha dicho "Tengo ganas de nuevo” pero no a cualquier precio.
El bichito ha vuelto a picar a este hombre que repentinamente decidió alejarse de la actividad profesional sin aviso de regreso. Hay una excepción y no es simple: el entrenador sólo aceptaría una propuesta para volver al ruedo siempre y cuando, quién presida esa institución, acepte sin rodeos y con absoluto respeto "su forma de trabajar”.
"Sin esta condición sigo por mi camino de hoy que es precioso”, le comentó a RÉCORD para finalizar el breve diálogo que aceptó sin ánimo de extenderse en la charla.
¿Qué quiere decir esto? Que las condiciones de trabajo, su equipo de trabajo, los jugadores y las reglas las impone él sin rodeos y sin posibilidad de alteraciones. Es un hombre muy respetado y con un prestigio como pocos poseen en el fútbol de hoy a tal punto que todos los años surgen posibilidades sobre un posible regreso y él se da el lujo de decir no a todo. ¿Será la propuesta del América la vencida?
