JAVIER CARMONA
El ex árbitro Eduardo Brizio, quien utilizó un micrófono en un partido entre Pumas y Veracruz (en marzo de 1997), mismo que le costó una sanción de seis meses y el retiro de su gafete internacional, señaló que Miguel Herrera está en su derecho de utilizar una grabadora durante su estancia en el área técnica, aunque dudó que dicha grabación será tomada como prueba en una hipotética apelación.
"La situación específica del micrófono no está reglamentada. Un técnico pueda grabar sus conversaciones o no mientras está en la banca; la única cuestión es si eso serviría como una prueba, en dado caso de que hubiera una discrepancia. Lo importante sería saber si la Comisión Disciplinaria la admitiría como prueba, o en el último de los casos, el Consejo Nacional, para poder quitarle el castigo en determinado momento”, dijo el ex nazareno, quien recalcó que de poco le serviría al timonel un audio, pues el reglamento refiere que el técnico puede ser suspendido hasta por hacer una seña.
"La regla dice que el entrenador deberá comportarse de manera correcta; si se comporta de manera incorrecta está violando el reglamento y puede ser expulsado. En las funciones del cuarto árbitro dice que éste avisará al central y a los asistentes si el técnico se comporta de forma impropia, independientemente de lo que diga la grabación; puede ser una seña, una actitud, que voltee a ver de manera retadora al árbitro, si se ríe, si se burla, si hace una seña obscena, no debe ser a fuerza con palabras, puede ser con gestos”, agregó.
Brizio señaló que el mejor amparo para el Piojo sería mejorar su conducta en el área técnica: "De poco le serviría la grabación si no modifica su conducta. Su mejor defensa sería tener un buen comportamiento en la cancha. Que ni se meta con el árbitro, ni para bien ni para mal”.
El ex colegiado consideró justa la expulsión del timonel americanista ante los Pumas: "Él refiere que le dice al jugador de Pumas: ‘eso no es Fair Play’; no se está metiendo con el árbitro, pero se está metiendo con un adversario y no es correcto y puede ser expulsado. Lo que hizo es un comportamiento impropio y se tiene que ir; eso no está a la opinión del Piojo ni de la Comisión Disciplinaria, sino a la del árbitro”.