JAVIER CARMONA
El Ámerica hizo callar los rugidos de La Fiera. Con una bravía reacción, las Águilas sacaron un triunfo que les da vida sus aspiraciones para colarse a la Liguilla, al domar 2-1 a un León que cayó con la cara en alto y que demostró que está para pelear de tú a tu ante cualquier rival.
La primera media hora de juego, fue un auténtico carrusel de fallas por parte de la ofensiva americanista, que careció de tranquilidad para definir la última jugada y enjaular a La Fiera; los visitantes, corrigieron sus errores sobre la marcha del partido, incluso reforzando la zaga con el ingreso de Mustafá para frenar los embates azulcremas.
Raúl Jiménez y Christian Benítez se sirvieron con la cuchara grande al momento de fallar ante el marco rival, dejando en evidencia que las Águilas no han aprendido la vieja premisa del que perdona pierde.
Los esmeraldas eran tímidos; por momentos parecía que sus jugadores se veían rebasados por lo imponente del inmueble; en cambio, América seguía atacando y ponía sus disparos en el travesaño, como sucedió con un tiro del Rolfi, haciendo que los americanista ahogaran el grito de gol una vez más.
El segundo capítulo arrancó con un sorpresivo zarpazo de La Fiera. Dos minutos habían pasado de la reanudación del encuentro, cuando el Gullit Peña mandó por derecha un servicio pasado hacia segundo poste, donde apareció Sebastián Maz y metió un remate de cabeza picado, para hacer estallar el júbilo de la invasión esmeralda que se dio cita en el inmueble.
León estuvo cerca de ampliar la ventaja minutos más tarde, luego de un contragolpe que culminó con un disparo con arco abierto de Burbano, pero que Diego Reyes barriéndose sobre la línea de cal evitó la catástrofe.
El América no tenía más que desbocarse en busca del empate, lo que generó un duelo abierto, de ida y vuelta, de esos que disfruta la afición. Aún así Benítez se dio el lujo de errar una más, luego de plantearse solo en el área chica para rematar el esférico y colocarlo en el poste pero América se quitó la soga del cuello.
El Hobbit Bermúdez que recién había ingresado de cambio, prendió el balón en los linderos del área con un derechazo que llevaba toda la fe azulcrema, para encontrar el empate y así fue...
Los minutos más cardiacos estaban por venir en el Azteca, porque América no se rindió y fue por la victoria: y fue ahí, donde apareció su goleador Christian Benítez, para ingresar casi caminando con el balón al arco rival y decretar una victoria que significó oxígeno puro.
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