El último suspiro de cada partido es el momento favorito de Sergio Ramos para aparecer. El capitán merengue llega con la fuerza de un toro de lidia para salvar al Real Madrid, pues ha conseguido 22 goles desde la Final de la Champions de 2013-14; de los cuales, 19 han sido para igualar o dar la victoria al cuadro blanco.
Lo que convirtió al nacido en Sevilla en un estandarte de los Merengues, fue aquella Final disputada en Lisboa, donde igualó el marcador a un gol gracias a un gran remate de cabeza en el tiempo agregado, para mandarlo a tiempo extra donde, a la postre, el Real lograría el título en tanda de penaltis.
Ante el Real Betis, el domingo pasado, Ramos anotó el gol más reciente de esta racha. El zaguero español dio la victoria y devolvió al conjunto blanco el liderato de la Liga española, tras rematar de cabeza un tiro de esquina faltando 10 minutos para el tiempo reglamentario.
En esta temporada, su mejor asistidor es Toni Kroos, quien le ha puesto siete pases de gol. Una conexión más que perfecta.
En la presente temporada de la Champions, el Nápoles sufrió el efecto Ramos, ya que los italianos estuvieron a un gol de eliminar al Madrid, pero apareció el español con una anotación y además provocó un gol en propia puerta de Dries Mertens para remontar y clasificar a Cuartos.
En diciembre del año pasado, el Deportivo La Coruña estuvo cerca de vencer a los madridistas en el Santiago Bernabéu. Sin embargo, se vieron igualados y en el tiempo agregado con un cabezazo de Ramos, los Merengues ganaron para de esta manera batir su récord de partidos sin perder (en aquel momento eran 35).
Con al misma fuerza y finura con la que un toro de lidia miura embiste durante una corrida en Sevilla, así el jugador merengue se lanza por los aires para rematar cuando su equipo lo necesita para ser una de las armas más letales del Madrid.
