Inglaterra amargó el estreno de Ronald Koeman como seleccionador de Holanda y venció por 0-1 gracias a un gol de Jesse Lingard desde fuera del área en el minuto 58 de un partido que destacó por su velocidad, pero con numerosas imprecisiones por parte de ambos equipos.
La escuadra inglesa dominó la mayoría del tiempo y presionó con fuerza, pero parecía querer atacar tan rápido que le faltó precisión en su juego y sintió la baja de Harry Kane, circunstancia que no fue aprovechada por la Naranja Mecánica.
En los momentos posteriores los holandeses consiguieron asentarse mejor en el campo y el primer disparo de Holanda llegó hasta el minuto 21, con un lejano tiro del Virgil van Dijk que obligó al portero inglés a emplearse a fondo.
La situación cambió hacia el final de la primera parte, cuando Inglaterra retomó el mando del partido, no lo soltó y puso a Trippier a lanzar balones aéreos, que fueron rechazados con éxito por la defensa naranja.
El único gol del partido llegó tras el descanso gracias al rápido ataque que sorprendió a la defensa holandesa descolocada.
Un pase lateral fue despejado de forma defectuosa por la defensa naranja, que le dejó el balón en bandeja a Lingard, quien se incorporaba en ese momento al ataque y conectó un disparo raso y certero desde fuera del área que hizo inútil la estirada de Jeroen Zoet.
Holanda hizo un esfuerzo final y lo intentó por aire y tierra en los minutos de descuento, pero apenas puso en apuros serios a Jordan Pickord, que arriesgó más de la cuenta en algunos controles con el pie y dio más de un susto a sus defensas.