Holanda sumó sin apuros el triunfo que necesitaba en Astana, el primero con Danny Blind en el banquillo, tras derrotar por 1-2 a Kazajistán, un modesto rival que aguantó la primera media hora y no pudo festejar su gol hasta la última jugada del partido.
En un encuentro extraño, en el que se lesionaron dos porteros holandeses y Robin van Persie alcanzó el centenar de presencias con la Oranje, los holandeses lograron una victoria que les permite sobrevivir en busca de la repesca europea.
Obligada a sumar tres puntos más que Turquía en las dos jornadas finales, para no quedar fuera de una Eurocopa por primera vez desde 1984, Holanda dio en Astana una buena muestra del carácter que le ha faltado desde que Blind se hizo cargo del banquillo.
Holanda llegó a la capital kazaja sin su estrella, Arjen Robben (lesionado), un entrenador cuestionado por dos derrotas sin goles a favor y un equipo de circunstancias con tres debutantes (Kenny Tete, Virgil van Dijk y Anwar El Ghazi) para jugar sobre la hierba artificial del Astana Arena.
Para aumentar sus problemas, el meta titular Jesper Cillessen se lesionó en la espalda durante el calentamiento.
Prácticamente el único motivo de esperanza para el equipo de Danny Blind era el rival; una selección kazaja que transita por el puesto 142 de la FIFA.
Con el joven Anwar El Ghazi como jugador más peligroso, la Oranje tardó poco más de media hora en adelantarse en el marcador, con un disparo de Giorginio Wijnaldum desde fuera del área y se aseguraron la victoria al comienzo del segundo tiempo, cuando Wesley Sneijder culminó una gran jugada por la izquierda, asistido por Klaas Jan Huntelaar.
Muy superior técnicamente, el conjunto holandés no pasó más sobresaltos que una clara ocasión fallada por Logvinenko y la lesión del meta Tim Krul, tras chocar con su central Jeffrey Bruma, que le dio los últimos diez minutos de juego al tercer portero de la plantilla, Jeroen Zoet.
Con todo decidido, Danny Blind utilizó los últimos minutos para que Robin van Persie entrase en el club de los jugadores con cien juegos en el cuadro tulipán, convirtiéndose en el octavo jugador Oranje que lo consigue, y Kazjistán tuvo ocasión de poner a prueba al debutante guardameta del PSV, que recibió su primer gol internacional, anotado por Kuat, en la última jugada del partido.