Barcelona debutó en esta nueva edición de la Copa del Rey, torneo que ha ganado los dos últimos años, y lo hizo con una victoria más convincente por el resultado que por el juego (0-3), contra un Real Murcia, de Segunda División B, que se mostró animoso en la primera parte y lo pasó peor en la segunda.
El Barça, con una alineación repleta de suplentes y con los jugadores del filial Aleñá y Arnáiz, dominó desde el inicio, pero su posesión no estuvo acompañada de profundidad. Además, el cuadro local generó incertidumbre con un centro el área que no remató Álex Ortiz de cabeza por centímetros.
Murcia estuvo más cerca del gol en el minuto 28 con un tiro de Llorente, tras una buena incursión de Nadjib, en una fase del encuentro en la que los locales empezaban a creer en sus opciones de conseguir un buen resultado y a contragolpear con peligro, como en una acción en la que Abel Molinero obligó a intervenir a Mascherano y a Cillessen.
Paco Alcácer no falló en el minuto 44 con otro testarazo a centro medido de Deulofeu desde la banda derecha y ganándole la espalda a la zaga grana para establecer el 0-1 en un partido en el que los azulgranas no habían contraído demasiados méritos.
El segundo de la noche fue un gran tanto marcado por Deulofeu, quien se internó en el área yéndose de Juanra y batió con un tiro cruzado a Santomé tras regatear al guardameta. También de bella factura fue el 0-3, conseguido por Arnáiz con un colocado disparo para culminar una acción de contragolpe tras pérdida de balón del Murcia.
El amor propio de los de casa les hizo acabar el encuentro volcado y Elady dispuso de una ocasión clarísima para haber hecho el 1-3. Su disparo a bocajarro fue despejado por un Cillessen que respondió muy bien las veces en las que se vio exigido.
Las dos últimas ocasiones del encuentro fueron para Denis Suárez y Alcácer, pero el marcador ya no se movería y el Barcelona tiene casi sentenciado su pase a los octavos de final.