Así recuerdan a Hugo Sánchez los periodistas en Madrid a 35 años de su 'Chilena'
Tomás Roncero, Chiringuito y Redactor Jefe Diario AS
¿Cómo vivió el gol de Hugo?
Estaba en un lateral, en el centro del campo, con mi padre. Y pensamos: ‘¿qué ha hecho?’. Ahora parece que esos goles son más habituales, pero en esa época sólo los podía hacer él. Fue un impacto haber estado ahí para contarlo. Fui uno de los privilegiados que vio el famoso gol de Hugo Sánchez ante el Logroñés.
¿Cómo fue la ovación con los pañuelos blancos?
Los pañuelos duraron dos o tres minutos. Primero hubo un estruendo, luego los murmullos diciendo: ‘¡qué increíble!’. Y, después, la gente comenzó a sacar pañuelos. Los pañuelos se sacaban cuando, en los toros, se veía algo superlativo, una faena de maestro. Y lo de Hugo fue un shock, ya no se habló de otra cosa.
¿Cómo recuerda el madridismo a Hugo Sánchez?
Con mucho cariño, admiración y con la sensación de que es el último gran nueve puro. El último gran rematador. Se recuerda siempre el récord que le dio la Bota de Oro la 89-90 con sus 38 goles a un solo toque. Eso no lo hará nunca nadie, ni Messi, ni Cristiano, ni Haaland, es imposible.
José María Rodríguez, Redactor Jefe de MARCA y cronista de los partidos del Real Madrid
¿Cómo fue el gol de Hugo?
Fue su gol soñado. Le habíamos visto ensayarlo en los entrenamientos. Una vez hizo uno contra el AEK de Atenas, una media chilena lateral, pero lo de aquella tarde frente al Logroñés fue muy especial. En aquel momento todos los que estábamos ahí sabíamos que años después íbamos a recordar ese gol.
¿Hubo una ovación de varios minutos?
Se celebró como era habitual con la voltereta de Hugo y con su grito de gol. Una vez que se acabó ese festejo y que Hugo celebró con la grada, todo el estadio se puso de pie y, durante más de un minuto largo, estuvo aplaudiendo el gol.
¿Como recuerda el madridismo a Hugo Sánchez?
Cómo uno de los mejores delanteros centros de su historia. Sus 38 goles a un solo toque fueron inolvidables. Fue el ejemplo perfecto de delantero. Hugo fue el complemento ideal para una quinta del Buitre a la que solo le faltó la Copa de Europa.